Tras liderar a los franceses en numerosas batallas contra los ingleses durante la Guerra de los Cien Años, Juana de Arco es capturada cerca de Compiegne y llevada a Rouen (Normandía) para ser juzgada por herejía por clérigos franceses leales a los ingleses.

El 30 de mayo de 1431, Juana es interrogada por el tribunal clerical francés. Sus jueces, que están del lado de la coalición borgoñona-inglesa y en contra del rey de Francia, intentan hacerle decir algo que desacredite su afirmación o que haga tambalear su creencia de que ha recibido una misión de Dios para expulsar a los ingleses de Francia, pero ella se mantiene firme.

La Société Gėnėrale des Films invitó a Dreyer a realizar una película en Francia y le propuso una película sobre María Antonieta, Catalina de Médicis o Juana de Arco. Juana de Arco fue noticia tras la Primera Guerra Mundial, ya que fue canonizada como santa por la Iglesia Católica Romana en 1920, y nombrada una de las santas patronas de Francia. Dreyer pasó más de un año y medio investigando a Juana, el guión se basó en las transcripciones originales de su juicio, condensando en un día 29 interrogatorios a lo largo de 18 meses.

La película se rodó en un enorme plató de hormigón, inspirado en la arquitectura medieval, para representar de forma realista la prisión de Rouen. La película es conocida por su fotografía y el uso de primeros planos. Dreyer tampoco permitió que los actores se maquillaran y utilizó diseños de iluminación que hacían que los actores parecieran más grotescos. Antes de su estreno, la película fue controvertida debido al escepticismo de los nacionalistas franceses sobre si un danés podía dirigir una película centrada en uno de los iconos históricos más venerados de Francia. La versión final de la película de Dreyer fue recortada debido a la presión del arzobispo de París y de los censores del gobierno. Durante varias décadas, se estrenó y se vio en varias versiones reeditadas que intentaban restaurar el corte final de Dreyer. En 1981, se descubrió finalmente una copia del montaje final de Dreyer en el Hospital Gaustad, una institución mental de Oslo (Noruega), y se reestrenó.

A pesar de las objeciones y el recorte de la película por parte de las autoridades clericales y gubernamentales, fue un gran éxito de crítica cuando se estrenó y ha sido considerada sistemáticamente como una de las mejores películas jamás realizadas desde 1928.

El trabajo de cámara de "La Pasión de Juana de Arco" era muy poco convencional. Hacía hincapié en los rasgos faciales de los actores. Dreyer a menudo filmaba a los sacerdotes y a los otros interrogadores de Juana con una iluminación de alto contraste, pero luego filmaba a Juana con una iluminación suave y uniforme. La fotografía de alto contraste de Rudolph Maté también permitía que los detalles poco atractivos de los rostros, como las verrugas y los bultos, fueran totalmente visibles.

La película y la actuación de Falconetti han seguido siendo elogiadas por la crítica. Pauline Kael escribió que la representación de Falconetti "puede ser la mejor interpretación jamás registrada en una película". Roger Ebert alabó la película y dijo que "no se puede conocer la historia del cine mudo si no se conoce el rostro de Renée Maria Falconetti".

Antes de su estreno, la película fue muy polémica debido al escepticismo de los nacionalistas franceses sobre si un danés podía dirigir una película centrada en uno de los iconos históricos más venerados de Francia.

La Banda Sonora

La Banda Sonora de Caspervek para La Pasión de Juana de Arco se estrenó en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid en el verano de 2016. Dos años después, tras un acuerdo con el Coro de Cámara Rías Baixas, Brais González comenzó a trabajar en una nueva partitura coral, manteniendo parte del material melódico original y añadiendo muchos elementos nuevos. Además, la nueva banda sonora fue escrita para ser utilizada como una pieza de concierto independiente, creando así también la "Missa Ioanna Arcensis", una misa de réquiem que fue interpretada en diferentes ciudades de España.

El estreno de la nueva partitura junto con la película tuvo lugar durante el Festival Nas Ondas de Vigo en 2019. Ha sido el proyecto más ambicioso de Caspervek hasta la fecha. Para esa ocasión, un coro de 24 cantantes y un conjunto de 12 músicos se reunieron en el escenario y dieron vida a la partitura de Brais González, que combina el minimalismo sacro, la música medieval, elementos de la música contemporánea y la electrónica pregrabada.